Buscar este blog

lunes, 2 de abril de 2018

Sea lo que sea…les enseñamos

Me he encontrado en las redes sociales una imagen destinada a todos los adultos pero que he querido orientar hacia los maestros.
La frase dice así:
“Si un niño no sabe leer, le enseñamos…Si un niño no sabe escribir, le enseñamos…Si un niño no sabe nadar, le enseñamos…
Si un niño no sabe comportarse, ¿le enseñamos o le castigamos?”
Nuestro deber como maestros, ante todo, es la educación en valores como el respeto, el cuidado del entorno, la convivencia con los demás, el cariño hacia uno mismo…
Es posible que en ocasiones como los ejemplos que nos pone en la frase, enseñamos a leer, escribir, o nadar, aspectos que son más fáciles de enseñar. Sin embargo algunas enseñanzas se nos escapan de las manos al tener dudas de cómo formar a nuestros alumnos en un presente y futuro.

es normal que un niño de escasa edad no comprenda situaciones sociales normales o la conducta que se debe tener en dichos lugares. como todo, el niño a su debido tiempo comprenderá o se le explicará la forma de actuar. me pongo incluso en la piel del niño, y digo que hay ocasiones que incluso hoy en día no sé como comportarme en ese ámbito. 

Esto también me ocurrió de pequeño y seguro que más de uno coincide conmigo. La primera vez que estuve en un tanatorio era pequeño y no entendía como ni por qué tenía que estar en silencio y casi sin moverme, es más recuerdo, que mientras íbamos para allá, mis hermanos y yo estábamos riéndonos por una tontería que habíamos dicho y nuestros padres nos dijeron que no pasaba nada por estar feliz, pero que las personas que iban a estar en aquel lugar tenían motivos para estar tristes y que a nosotros cuando algo nos ponía tristes no nos gustaba que los de al lado se estuvieran riendo. De esa forma comprendimos la situación y decidimos ponernos en la piel de esas personas y comportarnos  en aquel lugar.
Cuando un niño yerre en la conducta del comportamiento debemos ser conscientes de si ese niño es la primera vez que se encuentra en una situación como la del caso. Si le regañamos, su conducta adquirirá el conocimiento de “si hago esto, recibiré un castigo a cambio” sin que el niño compreda el por qué del castigo y puede producir en  un futuro una vuelta a la actitud en el momneto en el que no estén las personas que han dado el castigo con anterioridad.
De la otra forma, con una explicación del comportamiento  adecuado y aconsejando al niño qué es lo que le gustaría que hicieran con él, crearía en el una conexión entre acto-consecuencia que le hiciera pensar antes de actuar y escoger la mejor opción atendiendo a lo comprendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario