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jueves, 17 de mayo de 2018


Qué no me gusta

Durante la clase de Sociología y Pedagogía se han expuesto una serie de trabajos de los cuales he encontrado uno, mas que los otros más interesantes:

Uno de los trabajos expuestos en clase hablaba de la propia imagen del cuerpo desde la perspectiva de niños, jóvenes y adultos, preguntando sobre su propio cuerpo y a más personas sobre el cuerpo de otras.

Los resultados de estas encuestas y preguntas eran en su gran mayoría que siempre había algo de su cuerpo que no les gustaba y que preferirían tenerlo de otra forma. Me sorprendió que hasta los más pequeños contaban con esta opinión.

Algunos de ellos decían que no les gustaba su tripa por estar gordos, otros su nariz, su cara, sus pies y manos, y se nos preguntó en clase cómo podíamos hacer en nuestras futuras aulas para que consiguiéramos que esos niños se sintieran bien consigo mismos.

En esta ocasión nos centrábamos en los niños que tenían sobrepeso, y algunas de las soluciones que pusieron fueron el intentar ver el lado positivo de sus problemas. En contraposición, en mi opinión no creo que la solución esté en ver el lado positivo de los problemas,(algo que en cierta medida si es recomendable) pero creo que es más importante hacer ver a los niños la mejor opción para ellos, la más saludable . La solución se encuentra en la búsqueda de métodos, ejemplos de por qué tener problemas de sobrepeso tienen sus malas consecuencias y la explicación de las aportaciones  positivas que tiene el tener un cuerpo saludable y cuidarse, entre ellas el sentirse mejor con uno mismo física y mentalmente, una mejor actuación en el ejercicio físico y el juego, etc….

Un educación a tiempo puede dar como resultado un cambio de personalidad a mejor y una maduración mental  de la responsabilidad hacia uno mismo.

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